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/hum/ - Humanos

La humanidad no deja de avanzar, pero no siempre va por el buen camino.






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No.3438

Hilo abierto para recopilar experimentos de psicología y su discusión.

Experimento de Milgram
Se reclutaron 40 participantes para formar parte de un experimento sobre “memoria y el aprendizaje”. Por el simple hecho de participar se les pagaría una cifra de cuatro dólares (equivalente a unos 28 actuales) asegurándole que conservarían el pago “independientemente de lo que pasará después de su llegada”.

Se les hizo saber que para el experimento hacían falta tres personas: el investigador (que portaba una bata blanca y fungía como autoridad) el maestro y el alumno. A los voluntarios siempre se les asignaba mediante un falso sorteo el papel de maestro, mientras que el papel del alumno siempre sería asignado a un cómplice de Milgram. Tanto maestro como alumno serían asignados en habitaciones diferentes pero conjuntas, el maestro observaba siempre con el alumno (que en realidad siempre era el cómplice) era atado a una silla para “evitar movimientos involuntarios” y se le colocaban electrodos, mientras el maestro era asignado en la otra habitación frente a un generador de descarga eléctrica con treinta interruptores que regulaban la intensidad de la descarga en incrementos de 15 voltios, oscilando entre 15 y 450 voltios y que, según el investigador, proporcionaría la descarga indicada al alumno.

Milgram también se aseguró de colocar etiquetas que indicaran la intensidad de la descarga (moderado, fuerte, peligro: descarga grave y muerte). La realidad era que dicho generador era falso, pues no proporcionaba ninguna descarga al alumno y sólo producía sonido al pulsar los interruptores.

El sujeto reclutado o maestro fue instruido para enseñar pares de palabras al aprendiz y de que, en caso de que cometiera algún error, el alumno debía ser castigado aplicándole una descarga eléctrica, que sería 15 voltios más potente tras cada error.

Evidentemente, el alumno nunca recibió descargas. Sin embargo, para dotar de realismo la situación de cara al participante, tras pulsar el interruptor, se activaba un audio grabado anteriormente con lamentos y gritos que con cada interruptor incrementaba y se hacían más quejumbrosos. Si el maestro se negaba o llamaba al investigador (que se hallaba cerca de él en la misma habitación) éste respondía con una respuesta predefinida y un tanto persuasiva: “continúe por favor”, “siga por favor”, “el experimento necesita que usted siga”, “es absolutamente esencial que continúe”, “usted no tiene otra opción, debe continuar”. Y en caso de que el sujeto preguntara quién era responsable si algo le pasaba al alumno, el experimentador se limitaba a contestar que él era el responsable.
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No.3439

>>3438 (Cont.)
Durante la mayor parte del experimento, muchos sujetos mostraron signos de tensión y angustia cuando escuchaban los alaridos en la habitación contigua que, aparentemente, eran provocados por las descargas eléctricas. Tres sujetos tuvieron “ataques largos e incontrolables” y si bien, la mayoría de los sujetos se sentían incómodos haciéndolo, los cuarenta sujetos obedecieron hasta los 300 voltios mientras que 25 de los 40 sujetos siguieron aplicando descargas hasta el nivel máximo de 450 voltios.

Esto revela que el 65% de los sujetos llegó hasta el final, inclusive cuando en algunas grabaciones el sujeto se quejaba de tener problemas cardíacos. El experimento concluyó por el experimentador tras tres descargas de 450 voltios.

Las conclusiones del experimento a las que llegó Milgram pueden resumirse en los siguientes puntos:
A) Cuando el sujeto obedece los dictados de la autoridad, su conciencia deja de funcionar y se produce una abdicación de la responsabilidad.
B) Los sujetos son más obedientes cuanto menos han contactado con la víctima y cuanto más lejos se hallan físicamente de ésta.
C) Los sujetos con personalidad autoritaria son más obedientes que los no autoritarios (clasificados así, tras una evaluación de tendencias fascistas) .
D) A mayor proximidad con la autoridad, mayor obediencia.
E) A mayor formación académica, menor intimidación produce la autoridad, por lo que hay disminución de la obediencia.
F) Personas que han recibido instrucción de tipo militar o con severa disciplina son más propensos a obedecer.
G) Hombres y mujeres jóvenes obedecen por igual.
H) El sujeto siempre tiende a justificarse a sus actos inexplicables.

https://psicologiaymente.com/social/experimento-milgram-crimenes-obediencia-autoridad
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No.3440

Con el paso de los días iré llenando más el hilo
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No.3441

¿Si no querían ser electrocutados por qué se meterían de voluntarios? duh
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No.3442

>>3441
Wai creo que tienes la comprensión lectora en el culo, la verdad.
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No.3443

>>3442
No, la pregunta es sarcástica desde el punto de vista quien participa: me sentiría mal de activarlo si en el relato los sujetos fueran gente obligada y no voluntarios.
Yo hubiera activado los electrodos y continuar con el experimento
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No.3444

>>3443
Ahora creo que tengo mi detector de sarcasmo en el culo, la verdad. Ya te entendí.
>Yo hubiera activado los electrodos y continuar con el experimento
Igual yo, y con eso le daría razón al experimento en este punto, por mis ideas políticas:
>C) Los sujetos con personalidad autoritaria son más obedientes que los no autoritarios (clasificados así, tras una evaluación de tendencias fascistas)
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No.3446

Dump
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No.3459

Experimento de Rosenhan

El experimento Rosenhan se diseñó para comprobar la ineficiencia de la práctica del análisis psiquiátrico en EE.UU. a finales de los años 70. Para el psicólogo David L. Rosenhan, las instituciones no eran capaces de distinguir a los “cuerdos” de los “locos”, y se propuso demostrarlo. Además, mantenía la tesis de que muchos de los pacientes internos en instituciones psiquiátricas mejorarían significativamente en su vida y en su condición si eran sacados de un entorno hostil y aséptico -como el de las instituciones- y recibían una terapia adecuada. De hecho, en el estudio afirmaba que los profesionales de estas instituciones no estaban preparados para atender con la debida humanidad y empatía a los enfermos, lo que resultaba antiterapéutico.

Para probar sus ideas, Rosenhan se sirvió de un puñado de voluntarios de ambos sexos y ocupaciones profesionales variadas a los que instruyó para que se hicieran pasar por pacientes con alucinaciones acústicas y lograran ser internados en distintos hospitales psiquiátricos. Todos ellos lo consiguieron, sin excepción, aunque vivieron experiencias distintas. A pesar de ser pseudopacientes, fueron diagnosticados con enfermedades psiquiátricas, y pasaron como internos periodos variables.
experimento rosenhan De hecho, incluso a pesar de que los voluntarios referían los mismos síntomas, los diagnósticos entre ellos no fueron los mismos, y sus internamientos en las instituciones tuvieron duraciones distintas. A pesar de tomar constantemente y públicamente notas sobre el comportamiento del personal y otros pacientes, ninguno de los pseudopacientes fueron identificados como impostores por el personal, aunque muchos de los otros pacientes parecieron ser capaces de identificarlos correctamente como impostores. En las tres primeras hospitalizaciones, 35 de los 118 pacientes expresaron una sospecha de que los pseudopacientes estaban cuerdos. Algunos sugirieron que eran investigadores o periodistas que investigaban al hospital. Registros de los hospitales indican que el personal interpretaba gran parte del comportamiento de los pseudopacientes como un aspecto de su conducta patológica. Por ejemplo, una enfermera etiquetó el hecho de que un paciente tomara notas como «el paciente se dedica a escribir», y lo consideró patológico. Los datos biográficos de los pseudopacientes fueron inadvertidamente distorsionados por la plantilla para lograr consistencia con las teorías dominantes en la época sobre la esquizofrenia.
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No.3460

>>3459 (Cont.)
A los pseudopacientes se les dijo que deberían salir por sus propios medios, fundamentalmente convenciendo a la plantilla de que estaban cuerdos, aunque se movilizó a un abogado para ser llamado en caso de emergencia cuando se fue consciente de que ninguno de los pseudopacientes sería dado de alta en un periodo corto de tiempo. Una vez admitidos y diagnosticados, los pseudopacientes no consiguieron ser dados de alta hasta que aceptaron el diagnóstico del psiquiatra de que estaban mentalmente enfermos y empezaron a tomar medicamentos antipsicóticos que arrojaron por el retrete. Ninguno de los miembros del personal se dio cuenta de que los pseudopacientes no estaban ingiriendo su medicación y no informó de pacientes que lo hicieran.

Aunque no todos sufrieron el mismo tipo de trato, para Rosenhan sus experiencias representaron indicios suficientemente claros de que era necesario humanizar la terapia de los enfermos psiquiátricos. La privacidad, la autonomía y el respeto a las personas realmente enfermas eran una anécdota en el día a día de un hospital psiquiátrico. La atención se reducía a unos minutos al día y, aun así, algunos pseudopacientes sufrieron abusos verbales por parte de algunos miembros del personal. Las intuiciones de Rosenhan cuando llevó a cabo el experimento y las notas que tomaron los pseudopacientes durante su experiencia pusieron de manifiesto la necesidad de denunciar la segregación y la mortificación a la que estaban sometidos los verdaderos pacientes.
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No.3461

>>3460
No había oído hablar de este experimento. Es una caso bastante interesante, principalmente porque es de los pocos que he visto de este tipo en que la psicología intento indagar en sí misma en vez de la mente humana. De cualquier forma, da entre risa y lastima lo que sucedió con algunos de los participantes.
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No.3466

>>3459
>>3460
Muy interesante esto. Siempre he pensando que se puede convencer a una persona mentalmente sana de que esta loca, algo similar a esta película.
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No.3469

El efecto Pigmalíon
"Todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil"
- Albert Einstein

El efecto Pigmalión es un término que se utiliza en psicología para referirse al fenómeno por el cual las expectativas y las creencias que posee una persona influyen directamente en las conductas, en el rendimiento y en los resultados de otra, bien sea de manera positiva, produciendo un alto rendimiento, o por el contrario afectando de manera negativa sobre el mismo, saliendo así perjudicado. Término que ya se manejó en el año 1965 por el psicólogo social Robert Rosenthal a raíz de unos experimentos realizados.

De los diversos experimentos que se han realizado desde la psicología, el más relevante por ser pionero es el que realizaron en 1968 el psicólogo Robert Rosenthal y Lenore Jacobson (directora de una escuela de San Francisco) bajo el título “Pigmalión en el aula”. Este estudio sobre el efecto Pigmalión se realizó desde la perspectiva de la teoría de la profecía autocumplida, teoría considerada como uno de los factores que influyen en la motivación de las personas. El estudio comenzó cuando Rosenthal y Jacobson informaron a un grupo de profesores de primaria de que se les había hecho a sus alumnos un test de evaluación intelectual, y luego les dieron los nombres de los alumnos con los mejores resultados, advirtiéndoles que éstos estudiantes especiales tendrían el mejor rendimiento académico del curso. Efectivamente, al cabo de ocho meses dichos alumnos obtuvieron un rendimiento escolar por encima del resto, siendo los mejores. Realmente nunca se realizó ningún test de inteligencia, sino que se eligieron totalmente al azar los nombres del 20% de los alumnos, con unas capacidades más o menos normales. No se dijo nada sobre el resto de los alumnos, que constituyeron el grupo de control. ¿Cómo se explica el resultado? Lo que observaron Rosenthal y Jacobson es que los profesores se formaron una expectativa tan alta sobre esos alumnos que su relación con ellos fue distinta, dándoles mayores estímulos más a menudo, preguntándoles más en clase y proporcionándoles más información, dándoles más tiempo para responder, estimulándoles con desafíos intelectuales e interesándose por sus esfuerzos. Esto aumenta la frecuencia de respuestas acertadas por esos alumnos, incrementando la confianza en sí mismos y provocando finalmente mejores resultados escolares. El trato diferenciado y personal que recibieron generó una respuesta destacada.

Este fenómeno funciona también en la dirección opuesta, pues cuando un profesor considera menos inteligentes a ciertos alumnos tiende a ignorarlos, por lo que no son estimulados de forma conveniente limitando su potencial. De hecho algunos estudios concluyen que, en términos generales, parece que las expectativas negativas se transmiten más fácilmente que las positivas, así como el comportamiento no-verbal influye más que el verbal. Así, si el profesor tiene una alta autoestima será más efectivo a la hora de infundir una mayor autoestima en sus alumnos. El efecto Pigmalión en la educación escolar es uno de los aspectos más estudiados y uniformemente corroborados por la psicología actual, por lo que una relación amable y atenta entre el profesor y sus alumnos es muy probable que propicie resultados positivos, al menos a largo plazo. Las expectativas positivas y realistas potencian las capacidades latentes de los alumnos, creando un entorno predispuesto al crecimiento intelectual y personal. El buen profesor no agobia a un alumno con metas ilusorias e irreales que no estén a su alcance, que podrían provocar el fracaso y dañar su autoestima. No impone objetivos, solo acompaña y anima a su pupilo en su viaje educativo.
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No.3506

Self-Made Man o como desmontar al feminismo desde la experiencia empírica.

La activista feminista Norah Vincent realizó un experimento: Se hizo pasar por un hombre durante 18 meses para estudiar los privilegios sociales de los que gozan los hombres. Su conclusión, en el libro que publicó sobre este experimento (“Self-Made Man”): Las mujeres disfrutan de mayores privilegios sociales.

Vincent comparte su transformación y, lo más interesante, sus no poco perturbadoras conclusiones sobre la cada vez más amplia brecha que separa a los unos de las otras.
Como representante de lo que ella denomina una doble minoría (mujer/lesbiana), asumió que esta investigación le permitiría básicamente disfrutar las prerrogativas de pertenecer a una doble mayoría (hombre/blanco): desde sentarse con las piernas abiertas hasta caminar sin miedo por la calle.
Durante 18 meses, Norah fingió ser un hombre con un nuevo nombre: Ned. Hizo cosas “varoniles” y se unió a una liga de bolos, un monasterio católico romano y un grupo de concientización para hombres. Iba a clubes de striptease y salía con mujeres. Incluso trabajó en una industria dominada por hombres. Pero a pesar de estas aventuras, Ned no se sentía vivo o libre. De hecho, Ned estaba desgastando a Norah y ella comenzó a caer en una profunda depresión.

La conclusión de su experimento fue lo contrario a lo que se esperaba:
Las mujeres no entienden ni entenderán jamás los problemas de los hombres, y muchas disfrutan creando esos problemas porque a ellas no les afectan.
Además, uno de sus postulados básicos, basado en que los hombres son crueles y excluyentes y las mujeres acogedoras y amables, se derrumbó a la primera de cambio.
Norah tuvo que asistir a terapia desde el principio del experimento, y cada vez le fue afectando más, hasta el punto de caer en una depresión grave y terminar interna. En este punto, las amigas que había hecho como hombre “lo” ignoraron por estar deprimida, mientras que los hombres se volcaron con la recuperación de su “amigo”.

"Sospecho que la gente entrará en este pensamiento, oh, está escrito por una lesbiana, ella va a atacar a los hombres en todo momento", dijo Norah durante una entrevista telefónica. “Pero mi experiencia fue una que me hizo sentir muy vulnerable y me hizo sentir mucho dolor y dificultad. Si bien todas las que estamos en el movimiento posfeminista estamos convencidas de que las mujeres siempre lo han pasado peor y los hombres siempre lo han pasado mejor, me tomó ponerme en sus zapatos para darme cuenta de que eso no es cierto en absoluto".
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No.3526

Siempre me interesaron mucho este tipo de experimentos. Les comparto uno que se hizo inspirado en el del Miligram, que tenía que durar un buen tiempo pero se les fué mucho de las manos y se canceló la primera semana.

El experimento de la cárcel de Stanford:

Un anuncio en un periódico local solicitaba voluntarios para un estudio sobre los efectos psicológicos de la vida en prisión, a cambio de 15 dólares diarios. Contestaron 70 personas, de las cuales fueron elegidas 24: todo ellos estudiantes universitarios “saludables, inteligentes y de clase media”. Se lanzó una moneda al aire para dividir al grupo entre estudiantes y reclusos.

La principal referencia en la que se apoyó Philip Zimbardo para desarrollar este ensayo fue el experimento de Milgram en la Universidad de Yale en el que los ‘maestros’ perdieron el control dando (falsas) descargas eléctricas a los actores que fingían ser alumnos. Zimbardo quiso dar un paso más allá eliminando a los actores. Solo él actuando como superintendente y un colaborador asumiendo el papel de alcaide se encargarían de ‘vigilar’ el experimento.

Su objetivo era similar al de Milgram: quería conocer hasta qué punto una persona normal y corriente puede cambiar su comportamiento en una situación extrema, qué camino tomará una persona normal para ejercer la autoridad, con moderación y sentido de la justicia o con descontrol y sadismo.

Les dejo un par de artículos para no tener que copiarlo entero:
www.publico.es/psicologia-y-mente/el-experimento-de-la-carcel-de-stanford
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_la_c%C3%A1rcel_de_Stanford

Recomiendo el de Wikipedia, claramente. También hay varias películas, series y esas cosas, para al que le interese. <3


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