No.302
Empecé a jugar Doom II hace unos días. Debo confesar que estaba posponiendo este juego porque tengo algo de trabajo pendiente y era consciente que iba terminar enganchándome a él. Y tenía toda la razón: rápidamente me obsesioné con él, tal como me pasó con el primer juego. Hay algo realmente adictivo en Doom, al menos para mí. Supongo que es el hecho de que puede tomarlo y dejarlo en cualquier momento, además de que sabe mezclar la acción pura con la exploración.
Por otro lado, también he estado jugando Oblivion y Guitar Hero III con mis sobrinas. Jamás había jugado a uno de estos juegos musicales; son bastante entretenidos. Eso sí, usamos los controles de la consola, no la guitarra diseñada para el juego. Y cabe destacar que somos bastante malos; apenas podemos defendernos en la dificultada media.