No.5438
Wais, ahí les va un texto mío. Algo que pensé hace algunos meses y lo escribí (porque esa es mi manera de expresarme) Y creo que no lo eh compartido. Al menos no que yo recuerde.
Veneno.
No sabría reconocer en qué momento mi observación de mi alrededor pasó de hacerme sentir vivo a hacerme sentir rabia.
No me malentiendan, la vida, la naturaleza, las personas como seres individuales me siguen pareciendo cosas bellísimas, pero la vida en sociedad… No lo sé, me parece mal, casi antinatural. Parece que vuelve al ser humano un animal horrible, que enferma y envenena todo a su alrededor, sean otros seres vivos, espacios naturales e incluso a su misma especie.
Desde mi punto de vista, el mayor problema de la sociedad actual tiene nombre, y es muy sencillo de localizar. Literalmente, nuestra sociedad está construida para satisfacerle; es la fuente de guerras, luchas, contaminación, destrucción, hambrunas, muertes, corrupción y un largo, largo etcétera.
"El dinero". He ahí la mayor fuente de muertes, el mejor y más letal veneno que hayamos conocido.
Para nosotros, seres humanos del siglo XXI, nos es prácticamente imposible concebir una sociedad sin este mal, y desgraciadamente yo no soy la excepción. Pero sí soy capaz de ver cómo, al final, está detrás de todos los males: desde la corrupción en el gobierno y en la iglesia, hasta aquel joven de 13 años que inicia su vida en el narcotráfico.
Al final, el objetivo de todos es el mismo: acumular dinero. Somos la única especie capaz de asesinar a su prójimo por un trozo de papel o de metal, la única capaz de usar a Dios como excusa para hacer lo necesario y conseguir dinero.
No sé ustedes, pero bajo estas observaciones, siento vergüenza y asco por pertenecer a esta especie que, aunque bellísima, está tan envenenada que ni nos damos cuenta. Lo normalizamos e incluso lo alentamos.
Hay que ver "el dinero" como lo que es: un medio para llegar a un fin, no un fin en sí mismo. Cuando esto se torció, nos condenamos como especie.
No hay nada de malo en aspirar a ayudar a tu familia usando el dinero de por medio, en usarlo como un medio para comer, beber, amar, ayudar o vivir.
El problema es poner "el dinero" como nuestro objetivo, como sinónimo de riqueza, de éxito o superación.
Le otorgamos, como especie, un valor que no merece, un valor injustificado, exagerado, en apariencia incluso un valor divino. Pero si lo vemos más a fondo, dejó lo divino atrás hace mucho tiempo.
Antes vivíamos por y para nuestros iguales. Después vino Dios. Y ahora, visto lo visto, diría que incluso Dios le reza al "dinero".
Ciudades, países, organizaciones, empresas, asociaciones, religiones, dioses, humanos… TODOS se arrodillarían con gusto ante "el dinero"; le harían una flagelación gustosos.
Para nuestra desgracia, la mía y la de mis contemporáneos, vivimos en este mundo enfermo, podrido y moribundo, todo por culpa de un concepto: "el dinero".
